Joyería oaxaqueña: el legado de Monte Albán

Alberto Rojas Calvo

18 September 2018

 

Oaxaca, estado ubicado en el sureste de la República Mexicana, es cuna de dos de las civilizaciones más importantes de Mesoamérica, los Binni Záa o Zapotecas y los Ñuu Savi o Mixtecas. Ambos habitaron en distinto tiempo el centro ceremonial que hoy conocemos como Monte Albán, ubicado en los cerros que rodean a la ciudad de Oaxaca, capital del estado y Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

En Monte Albán, ambas culturas dejaron el legado de su destreza artística, muestra de ello es uno de los tesoros más importantes descubiertos en América Latina. El tesoro de la Tumba #7 que contiene hermosos trabajos en cerámica, hueso, lapidaria y metalurgia, sobresaliendo por su diseño y técnicas de elaboración hermosas piezas de orfebrería en oro y plata.

Es importante señalar que a pesar de que diversos estudios han confirmado la existencia de una ruta de producción de Orfebrería Prehispánica que iba de Chile a México y pasaba por Perú, Colombia, Costa Rica y Ecuador con técnicas y estilos propios, en Oaxaca se tuvo gran dominio de las Técnicas de Vaciado a la Cera Perdida, Falsa Filigrana y Martillado, muestra de ello son Joyas como el Prendedor de Yanhuitlán o Chimalli (Foto1) y el Pectoral conmemorativo perteneciente al Tesoro de la Tumba #7.(Foto2)

A la llegada de los españoles, durante la conquista, se generó una fusión entre las técnicas de elaboración artesanales de la joyería prehispánica y el estilo árabe que los conquistadores trajeron desde Europa. Nació así la Joyería de ramo con filigrana Oaxaqueña, un estilo propio que recrea aspectos de la naturaleza; hojas, flores y enramados que combinan hilos de oro o plata finamente trabajados con perlas, corales y piedras como esmeralda, rubí y diamante.

El descubrimiento del magnífico tesoro de la Tumba #7 realizado por Alfonso Caso el 9 de enero de 1932 propició que se formara un nuevo estilo de Joyería Oaxaqueña basado en las reproducciones y métodos artesanales de fabricación de las piezas encontradas en la tumba. Entre los miembros más destacados de aquella generación de Maestros Orfebres se encontraban los Maestros José y Carlos Ortiz, Francisco y Alfonso Vargas, Saúl Pazos, Fausto Vargas Ramírez y Jorge Montealegre entre otros, quienes a su vez formaron discípulos que mantienen la producción de los diversos estilos de Joyería Oaxaqueña hasta nuestros tiempos.

En la década de 1950 con la producción de las hermosas y finas Joyas creadas por los Maestros Joyeros Oaxaqueños, empezaron a surgir locales especiales para vender unicamente Joyería, destacando las Joyerías Rosita de Doña Rosa Quevedo, Santo Tomás de Doña Catalina Cortés de Rueda y Joyería Tere de Doña Tere Calvo, en esa época se popularizó nacional e internacionalmente la Joyería de Ramo y Filigrana como los aretes o prendedores de ramos de uvas, donde la creatividad de los Joyeros hacían que las uvas fueran perlas naturales de agua salada o corales naturales; medallones y guarda retratos o guardapelos también decorados con turquesa, perla y coral, (Fotos 3,4,5) arracadas de filigrana de clara influencia hipano/arábiga, aretes o anillos de coqueta decoradas con vidrio de colores (Foto 6), aretes de mosca decorados con perlas y corales, aretes semejando gusanos, decorados con perlas o corales y un sinfín de diseños que daban cuenta de la destreza y habilidad de los orfebres Oaxaqueños.

Hacia los años 1960, también tuvo auge la Joyería con clara influencia europea, la cual se fabricaba combinando el Oro y la Plata; sobre la Plata, se montaban Diamantes y se decoraba con grabados manuales y piedras preciosas naturales así como perlas naturales de mar, blancas y grises. 

Era muy común ver a las expendedoras en los mercados públicos portando orgullosas sus aretes de mosca, gusano, coquetas, arracadas, canastas etc elaboradas en oro de diferentes tonalidades así como las joyas con oro, plata perlas y diamnntes en diseños similares.

En 2018 la Joyería Oaxaqueña lucha por mantenerse viva; debido al alza internacional en los precios del Oro y la Plata desde finales del Siglo XX, así como la transformación económico social que ha sufrido México, ha hecho que poco a poco esta actividad se vaya extinguiendo; la gran mayoría de los hijos y nietos de los Maestros Orfebres, a pesar de haber aprendido el oficio en su juventud, han cambiado de actividad, subsisten talleres individuales y solamente una empresa trata de mantener la calidad en los diseños y la calidad en su fabricación aunque la mayoría de su producción es en Plata.

Como testigo viviente de esa hermosa época que se niega a morir, el Maestro Fausto Vargas Ramírez quien se incorporó al taller del Maestro José Ortiz siendo un niño, y ha participado en trabajos hermosos y de gran trascendencia social para Oaxaca, como la elaboración de la Corona de la Virgen de la Soledad, a sus casi 90 años de edad, sigue trabajando un par de horas en el taller de su casa, dedicamos estas lineas a él y a quienes construyeron con su esfuerzo y trabajo, pero sobre todo con pasión y amor a la Joyería, la bien ganada fama de la Joyería Oaxaqueña.

[English translation]

Autor

Nací en la Ciudad de Oaxaca en 1953, de familia joyera, hijo de Rogelio Rojas González y Tere Calvo Quevedo, al morir mi padre a edad muy temprana, pasé mi niñez al lado de mi madre y mi abuela Rosa Quevedo, quienes lograban el sustento familiar a través de su negocio Joyería Rosita ello me permitió conocer y convivir con los maestros Joyeros de esa época.Al concluir mis estudios Universitarios de Administración de Empresas en la Universidad Iberoamericana en la Cd. de México, regresé a Oaxaca a apoyar a mi madre en su negocio que en ese entonces se llamaba Joyería Tere; fundamos en 1985 Oro de Monte Albán SA de CV empresa orientada a la fabricación de Joyería y en 1990 junto con mi esposa Inés Valadés fundamos Comercial OMSA SA de CV, empresa orientada a la comercialización de Joyería.Actualmente con las dos empresas generamos trabajo directo para 60 familias y contamos con sucursales en Oaxaca, Ciudad de México y San Miguel de Allende. Así mismo hemos constituido una Asociación Civil para preservar y difundir la Joyería Oaxaqueña, a través de la transmisión de conocimiento y la formación de nuevas generaciones de orfebres.

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